Pequeña en apariencia, esta camara rinde como ninguna. Su sensor de 12 megapixels, junto con el objetivo 14 mm la convierte en una bestia de la oscuridad.
No hay nada imposible para esta cámara CSC micro 4/3. El ISO va desde los 160 hasta los 6400. La realidad es que casi no asoma el ruido hasta los 3200. El agarre de la cámara en manos pequeñas será excepcional, en mi caso, que son grandes, se hace un poco complicado en ciertos momentos. Nada importante.
El tiempo de exposición va desde los 60 segundos hasta los 1/4000 de segundo. En el kit viene un objetivo de focal fija de 14 mm y una F de 2,5 y un zoom 14-42 mm F3,5/5,6. El primero de ellos, es simplemente espectacular. Muy luminoso, ayuda de sobra en condiciones de poca iluminación.
El AF es rapidísimo, es apretar a la mitad el botón de disparo y enfocar. En MF el software ayuda con una pequeña ventana a enfocar perfectamente.
En modo ráfaga la cámara es capaz de disparar hasta 4 imágenes por segundo.
En la parte de video, es capaz de grabar en fullHD a 30 frames por segundo. Tiene un pequeño botón de inicio a la grabación, aparte del de disparo de fotos que viene genial. Ayuda muchísimo ya que no tienes que meterte en ningún menú a cambiar del modo foto al modo video.
El modo automático es bastante bueno. Si generalmente usas el modo manual, tienes un botón dedicado para pasar a automático. Entrando en las escenas típicas de las cámaras, destacar entre las de siempre, un modo panorámico, fuegos artificiales, retratos, y los ya típicos macro, paisaje, noche, deporte y demás.
Comentar el temporizador de disparo a dos o 10 segundos, posibilidad de disparar en RAW, JPEG o los dos a la vez.
Conclusiones, una pedazo de cámara en un pequeño cuerpo, que no envidia a ninguna réflex, y muy cómoda de llevar a aquellos viajes en los que no vas en teoría a sacar fotos, o incluso para el día a día para los que estamos muy enganchados a este modo de vida.
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